lunes, diciembre 27, 2010

¿Quiénes son los responsables de la privatización de las empresas sanitarias en Chile?


Estimados Amigos lectores.
Es impresionante como los parlamentarios Ignacio Walker DC, José Antonio Gómez PRSD, Osvaldo Andrade PS, se muestran sorprendidos, ante la decisión del gobierno de vender el paquete accionario que minoritariamente les queda en las empresas sanitarias del país. Me surge de inmediato la pregunta, ¿No se sorprendieron cuando Eduardo Frei privatizó las empresas sanitarias? Si señor, las empresas sanitarias ya fueron privatizadas. Según Frei se privatizaron las sanitarias por una única causal, el estado no podía asumir los costos del tratamiento de las aguas servidas. Sin embargo tozudamente desechó una alternativa para no enajenar los bienes del estado que era demasiado simple: realizar un BOT es decir, una concesión a una empresa privada que se encargará de construir y operar las plantas de tratamiento de las aguas servidas, en un plazo y luego las devolvería al estado. Habría sido una buena posibilidad ya que el estado se quedaría con empresas sanitarias cumpliendo con el ciento por ciento de tratamiento de aguas servidas. En otras palabras el BOT es un sistema idéntico al de concesiones de carreteras.

Pero ¿Quiénes son los responsables de la privatización de las empresas sanitarias?. En el año 1998, bajo la presidencia de Eduardo Frei se inicio este proceso, quién actuando de forma terca, obstinada sin escuchar cuando técnicos en la materia le explicaron que no era necesaria la privatización. Esto definitivamente no le importó deshacerse de la propiedad de todos los chilenos. Por favor estimado lector lea muy bien, propiedad de todos los chilenos, ¿le consultaron a usted? Por lo menos a mí no.

Posteriormente bajo la presidencia de Ricardo Lagos, hubo una aprobación para la eliminación del 35% de las acciones que tenía el estado para hacer una venta total o parcial de estas acciones, por lo tanto la posibilidad quedó siempre abierta y hoy lo único que hace es materializar lo que dejaron los gobiernos pasados. Recordemos la privatización de las sanitarias en las regiones VI, VII y VIII, a la empresa inglesa Thames Water fue escandalosa, primero entre las tres empresas despidieron a más de 800 trabajadores, subieron las tarifas en proceso de negociación del estudio tarifario con la Superintendencia de Servicios Sanitarios, (SISS) hasta que finalmente se fueron. Vuelvo a preguntarme ¿Hubo algún parlamentario que levantará la mano?. Una vergüenza – ninguno, y gobernaba el país la concertación. En declaraciones entregadas a los medios de comunicación por el senador Jorge Pizarro DC, decía que llevarían el caso incluso, al “Tribunal Constitucional”. Esto es un mero trámite de palabrería a fin de confundir a los electores y a las personas en general. Las empresas sanitarias fueron privatizadas en el año 98, bajo la presidencia de Eduardo Frei y luego Ricardo Lagos, entonces cualquier acción no es consecuente. ¿Por qué ahora sí y ayer no?.

Hoy día amigos lectores, el gobierno no tiene ninguna ingerencia en las empresas sanitarias, claro me podrán decir que el estado mantiene el 35% de la propiedad y dos directores. Perdonen pero estos directores “pesan menos que un paquete de cabritas”, porque son minoría.

Finalmente amigos no nos dejemos confundir y es lamentable que muchas personas que no conocen como se generó la privatización opinen sin base ni fundamentos, culpando a un gobierno de derecha que quiere privatizar y no saben que ya está privatizado.

Lo que si podemos estar tranquilos, que existe un muy buen marco regulatorio, por lo tanto, no es tan fácil burlar el sistema en contra de los clientes que tienen estas grandes empresas. Debo agregar que se cuenta con un tremendo trabajo técnico de fiscalización de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, que con conocimiento, rescató que su máxima autoridad no es un nombramiento político sino completamente técnico de una funcionaria de carrera. Se imaginan ustedes como habría un profundo cambio en este país si los cargos no fueran tirados a la chuña.

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